PLANOS
DEL SANTUARIO Y UNIDAD PARROQUIAL
“Mi mayor ilusión es presentar en el menor espacio
posible de tiempo la más amplia y artística iglesia de Cali, como un exponente
de la religiosidad y del amor de sus
habitantes a Nuestra Señora”. Así declaraba el P. Arango a la periodista
Yolanda Palacio en entrevista publicada en Occidente el 12 de marzo de 1965.
Hubo unos planos de estilo colonial y muy elegante trazo obsequiados a la
primitiva comunidad por el gobierno español del Caudillo Franco. El P. Arango
soñaba algo más altivo y grandioso. Planeó un templo gótico al estilo del
construido en Jericó, pero el Obispo Caycedo lo disuadió de su ejecución.
Recurrió luego a los doctores José Recasens y Manuel Vengoechea y al Ingeniero
Doctor Roberto Ferro quienes interpretaron su idea y delinearon los planos del actual santuario.
Sus dimensiones son 55 metros de largo, 22 de ancho,
sin columnas intermedias y 24 metros de
altura a excepción de la cúpula y la
fachada. Al entrar hoy en este santuario la sensación que se siente es de holgura,
sobriedad, majestad. Nada de superfluas ornamentaciones. Los ojos se van como
instintivamente al muro de fondo, sobre el cual campea un soberano, grandioso y
artístico cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro, de singular señorío y
belleza.
El altar mayor obedece a las normas de la sagrada Liturgia.
En la parte alta los muros laterales filtran la luz esplendorosa del Valle unos
rosetones policromados en forma de estrella; y en la parte baja, por el muro de
la izquierda reclaman la mirada unos vitrales
de 4 por tres metros fabricados en Cali y representativos de escenas de la vida de Cristo o pasajes del
Evangelio. En su escogencia tuvo parte el religioso claretiano P. Teodoro
Domínguez, muy entendido en estos menesteres del arte cristiano.
El Santuario se yergue sobre una cripta u osario con
capacidad para 5.000 nichos. En su parte posterior tiene además un teatro y
salón con capacidad para 1.200 personas. Tiene adjunto un vestíbulo y amplia
sala. Al lado derecho, según se mira a la fachada y pared por medio, queda una
edificación de 4 plantas con dos anchos patios interiores, destinada una parte
a la residencia de los religiosos guardianes del santuario y la otra parte al
colegio Parroquial de primaria y Bachillerato que fue confiado en sus inicios
a las religiosas de Santa Dorotea.
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